Uno de los actos que más nos llenan emocionalmente son los abrazos, los mismos que hemos dejado de lado a consecuencia de la pandemia de SarsCov2.
Cuando abrazamos nos sentimos felices y relajados, esto se debe, de acuerdo a los estudios científicos, a que nuestro organismo segrega: oxitocinas y endorfinas, que ayudan a reducir las hormonas responsables del estrés (cortisona y adrenalina); serotoninas y dopaminas, que contribuyen al bienestar y la calma; así como también activamos nuestro sistema límbico, responsable de la regulación emocional.
De la misma forma que actúan positivamente los abrazos en nosotros, en nuestros perros y gatos pueden producir los mismos efectos, sin embargo, hay que conocer muy bien el carácter de nuestros amigos peludos, pues pueden darse casos que no les guste el contacto cercano, por lo que debemos tener cuidado de no obligarlos a hacer algo que no quieren. Tomarse el tiempo necesario para analizar la personalidad de nuestros perros y gatos, nos ayudará a llevar una relación más armónica.
Nuestros amigos peludos no nos juzgan ni critican, ni hace falta hablar para expresarles nuestros sentimientos, ellos simplemente siente, por lo que abrazar un perro se utiliza como terapia en personas con autismo, traumas emocionales, enfermos y ancianos.
Pasear diariamente con nuestros perros no sólo nos ayuda a mejorar nuestro estado físico, al pasar más tiempo con ellos, abrazarlos y acariciarlos, disminuímos nuestra frecuencia y presión arterial, efecto que ayuda a reducir el riesgo de infarto de miocardio o accidente cerebrovascular.
Mediante los abrazos, fortalecemos el vínculo emocional entre nosotros y nuestros peludos, así que, cuida y abraza a tu peludo… si te lo permite.
Deja una respuesta